Os dejo aquí el texto del artículo:
Hace 56 años lo decía el premio Nobel y
Principe de Asturias, Bob Dylan, “Los tiempos están cambiando” y a día de hoy
en nuestro sector esa frase está más viva que nunca. Y como si de una profecía
de Nostradamus se tratase, en su letra se encuentran mensajes que podemos
extrapolar a nuestra situación actual.
Comienza haciendo un llamamiento a la
sociedad, avisando que la situación coyuntural ha cambiado, que está provocando
una marea que va a modificar toda la estructura establecida durante décadas,
que hay que ir adaptándose:
“...admitid
que las aguas
de vuestro alrededor han crecido,
y aceptad que pronto
estaréis calados hasta los huesos.
(…) mejor que empecéis a nadar,
u os hundiréis como una piedra...”
Y no le falta razón, son múltiples
frentes abiertos los que hacen que la marea crezca, como la irrupción del coche
eléctrico, la demonización del diésel, el cambio de paradigma en la titularidad
de los vehículos con el renting a particulares o el carsharing, el crecimiento
de las marcas hacia la posventa libre, o algunas aseguradoras intentando
controlar el mercado.
Continua pidiéndole a los periodistas que
estén atentos y transmitir con rigor los cambios que están ocurriendo,
“...
Vamos, escritores y críticos,
que profetizáis con vuestras plumas,
mantened los ojos abiertos,
la oportunidad no se repetirá.
Y no habléis demasiado pronto,
porque la ruleta todavía está girando...”
como hace esta publicación, obteniendo la
información veraz directamente de los principales protagonistas del sector.
También el autor ruega a los políticos
que estén a la altura de las circunstancias:
“...Vamos,
senadores y congresistas,
por favor presten atención a la llamada.
No se queden en la puerta,
no bloqueen la entrada...”
Quizás la parte más importante del
discurso, en el que comenta que ni las leyes ni las palabras de los
representantes públicos impidan el avance del sector, en todas sus vertientes,
algo que reclamamos muchos al ver como se legisla en caliente sin analizar
profundamente las consecuencias.
Está cayendo el mercado de vehículo
nuevo, saturándose de motorizaciones diésel el mercado secundario, creando
incertidumbre en los propietarios ante la reparación de sus vehículos, y ningún
tipo de ayuda a uno de los sectores industriales más importantes del país y de
Europa.
Y el Sr. Dylan termina avisando:
“...
Y el que ahora es el primero,
será después el último...”
La crisis se llevó por delante a cientos
de empresas relacionadas con el automóvil, y la situación actual terminará la
criba; el último ejemplo claro lo vimos el año pasado con el recambista
madrileño Danjoa, una empresa que superó la crisis, con 11 puntos de venta y
más de 12 millones de euros de facturación en 2015 y el año pasado caía ante la
imposibilidad de mantener económicamente la estructura; y por desgracia no será
la única compañía en sucumbir a la marea, ni tampoco la más grande.
Pero que los tiempos estén cambiando no
significa que sea malo, ante un cambio siempre hay una oportunidad que se abre
ante nosotros, y aquellas empresas que sepan interpretarla y aprovecharla
saldrán beneficiadas.
Los vehículos eléctricos, aunque todavía
con presencia testimonial en el mercado (3,2%),
se convertirán en breve en un actor de la posventa a tener en cuenta
(actualmente, con un crecimiento superior al 130%), y lejos de lo que piensan
algunos, entrarán en los talleres tanto como los de motor de combustión, por lo
que aquellos que se hayan preparado (mecánicos formándose o distribuidores
especializándose en esos repuestos) serán los primeros en llevarse el gato al
agua.
El asociacionismo es otro punto a
valorar, ceder parte de esa libertad absoluta nunca ha sido plato de buen
gusto, pero con los tiempos convulsos que nos esperan puede ser una buena idea
y muchas empresas se están decantando por esta opción. No solamente ayudan
legalmente a sus asociados, o les reportan acuerdos de compra a proveedores
beneficiosos, sino que también ofrecen formación en las nuevas tecnologías, y
traen clientes. Por ejemplo las empresas de renting y carsharing, por su
volumen de vehículos, tienen grandes acuerdos a nivel nacional con distintos
grupos para el mantenimiento de esas flotas, por lo que puede ser una opción a
valorar.
Es un momento apasionante el que estamos
viviendo, del que todos seremos parte del cambio, porque como dice el poeta:
“...
Como el presente
será
luego pasado
el
orden está destiñéndose (...)
porque
los tiempos están cambiando”.
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